Un ángel de amor eres siempre tú mi niña
y en cada amanecer contemplo tu risa
me inundas de una profunda y bella alegría
¡ Doy gracias a Dios por tenerte en mi vida !
Cuánta dicha es para mí contemplar
tu sonrisa bella y tu cara angelical,
desde tu tierna infancia robaste mi corazón
y tornaste mi vida en un mundo de ilusión.
Aún recuerdo tu primera palabra ¡ Mamá !
Qué bellas sensaciones abrazan el alma,
tu hermosa mirada bajo esas negras cejas
que esconden mil travezuras y emociones.
Te amo, eres para mí ese gran tesoro,
que llegó a mí en una noche tan fría,
iluminándolo todo como rayos de luna
¡ Mi hija tan bella, como tú ninguna !
Como un duendecito que corre por doquier
pintando paredes, travesuras sin fin
que en lugar de enojarme me hacen sonreir.
¡ Tu amor envuelve de magia mi vivir !
Pasan los años, te miro entre amor crecer
inundando de ternura todo mi ser
contigo la soledad que habitaba en mí
se tornó en un mundo de entera felicidad.
Es un poema relatando tu dulce infancia
cuando soñando en tenerte la vida me negaba
tener en mis brazos un ángel que me diera
ese cariño sincero que tal vez nunca tuviera.
¡ Pero llegaste a mi vida como gota de rocío
impregnándome toda y olvidando el hastío !
(A Inssy Yared, mi hada bella)
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