Me detengo un instante a contemplar
esa dulce risa que en su rostro està,
tierna mirada, sonrisa angelical
pies descalzos, carita sucia...¡ Angelical !
Brincando charcos, con la ropa tan sucia,
¡ Què importa en tu dulce inocencia,
que en casa no exista riqueza !
Si Dios en tì puso tanta fortaleza.
Los he visto correr, reir jugar, a la deriva,
chicos llenos de felicidad, rostros morenos,
curtidos por el sol ¡ Asì son los niños de mi bello Champotòn !
Chiquillos traviesos que estàn en mi barrio
haciendo travesuras, jugando ese balòn
que de vez en cuando rebota en mis paredes
y luego reprimendas, pero parar no pueden.
Siempre esperando correr a los mandados,
porque saben que de ello esperan recibir
sos pesos que gastan siempre en maquinitas
o en ricos merengues que comen sin parar.
Y cuando cae la lluvia, ¡ Ahì los ves jugando !
Me da tanto temor verlos bajo la lluvia retozar,
no les importan los truenos, los rayos
me angustia, pero ellos lo suelen disfrutar.
Los niños de mi barrio siempre estàn contentos,
aunque en sus casas les falte ese sustento.
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